Los pies es una zona del cuerpo que en muchas ocasiones pasa desapercibida, y en lugar de mantener un cuidado preventivo, acudimos al podólogo en la mayoría de los casos cuando la afección o la dolencia son ya muy severas.
Para evitar posibles problemas futuros es importante que los niños visiten al podólogo de manera frecuente, y la pregunta es, ¿cuándo realizar la primera revisión podológica?
La visita al podólogo de los niños
Lo ideal es visitar a un especialista a partir de los 4 ó 5 años, para evitar cualquier alteración en el aparato locomotor. La primera revisión podológica debe realizarse durante esta edad porque es cuando los niños comienzan a andar de manera correcta y a partir de los 10 años es cuando empiezan a realizar rotaciones y compensaciones a nivel óseo.
Cuidar la salud de los pies de los niños es clave porque están en edad de crecimiento y si no existe este cuidado se pueden generar problemas en otras partes del cuerpo como las piernas o la espalda.
Problemas que se pueden generar en los niños
Si no se realiza esa primera revisión podológica a tiempo, aparecen anomalías de todo tipo y el primer síntoma suele ser el de tropezar mucho cuando se camina.
Las dolencias y anomalías más comunes son los pies planos, que pueden ser por motivo hereditario; el pie calvo, que es la anomalía contraria a los pies planos y que requiere una visita al podólogo.
Otra afección es la de andar de puntillas, que puede producirse por la Enfermedad de Sever o bien por acortamientos en la cadena posterior. El desgaste asimétrico del calzado, que también es común, suele estar producido por una dismetría.
Si tu hijo mete los pies hacia dentro e incluso se tropieza un pie con otro es por una alteración de la pisada que está habitualmente relacionada con la cadera. Los dedos montados también requieren de una revisión podológica.
Los cuidados para los pies
Además de esta primera revisión podológica, una buena higiene es fundamental para prevenir infecciones: cortar las uñas de forma recta y sin redondear las esquinas, usar un calzado cómodo y adecuado para cada actividad, calzado y calcetines firmes pero que no aprieten en exceso y por supuesto, cambiar de talla conforme el pie vaya creciendo son medidas necesarias para evitar problemas en los pies.
Si quieres ver todos nuestros servicios relacionados con la podología pincha AQUÍ